Cómo ser un buen orador

Es cierto que hay una especie de don innato que hace que algunas personas tengan una mayor facilidad a la hora de ganarse al público. Pero no todo depende de ese “don”. También hay que currárselo uno mismo.

Para lograr ese propósito, tienes que hacer uso de todos los recursos que haya a tu disposición, empezando por una presentación creativa.

Si se concibe de manera correcta, las presentaciones evocan confianza y te sirven de lienzo en el que poder estructurar lo que quieres contar.

A continuación te dejamos las seis claves que los grandes speakers tienen en cuenta y cómo poder reflejarlas en una presentación.

Como speaker, el público dará por sentado que eres un experto en la materia y, sí, puede que tengas toda la información bien clara en tu cabeza. Una cosa es saberla y otra cosa presentarla de manera que todos puedan seguirla con facilidad. Un buen orden y una buena estructuración es lo que necesitas.

Si tu discurso sigue un orden y una secuencialidad lógica, la información que estás presentando será mucho más comprensible y, mejor aún, el público la retendrá durante más tiempo. Por ejemplo, en esta diapositiva de Plan de negocios y teletrabajo podemos ver cómo hablamos primero del problema para después ofrecer la solución:

Es muy común seguir una estructura en forma de pirámide invertida para tu presentación, que consiste en empezar por comunicar lo que es más significativo al principio antes de continuar con los detalles. 

Los grandes oradores, además de poseer amplios conocimientos en su campo, se desenvuelven bien a la hora de hacer que el tema sea más fácil de absorber para el público. Más o menos, como un buen profesor con sus alumnos.

A la hora de establecer una jerarquía o exponer muchos datos, los grandes speakers confían en el uso de gráficos. Con ellos, se puede proporcionar al público exactamente lo que necesita saber, además de reforzar los conceptos.

Por ejemplo, las barras y el gráfico que hay en la siguiente diapositiva del Plan de visualización de datos aportan mucho valor y ayudan a los espectadores a comprender y visualizar la información.

Las ayudas visuales en una presentación representan estadísticas, números y otros tipos de datos de manera mucho más entendible que con un discurso oral sin nada más.

El storytelling es el arte de contar historias, y esto es imprescindible para ser un buen orador. Cuando cuentas las cosas casi como si fueran relatos añades un componente emocional que te ayuda a conectar con tu público.

Esta técnica narrativa busca inspirar, persuadir y llevar a la acción a tu audiencia, y es la mejor manera de mantener la atención de tus oyentes. Es también un gran método para presentar propuestas en las que necesites convencer a directivos, por ejemplo.

En definitiva, emplear técnicas narrativas en una presentación hace que los conferenciantes se dirijan a la audiencia de una forma más llevadera y les ayudan a comprender los puntos más importantes. Puedes usar metáforas, ejemplos de casos reales, etc. 

Por ejemplo, en la siguiente diapositiva puedes mostrar un pequeño avance de tu producto para que todos se interesen y presten una mayor atención.

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La manera más eficaz de enseñar algo es presentando un desafío inicial y llevando a los espectadores a través de un viaje de aprendizaje y descubrimiento. Evita ofrecerles la solución de manera muy inmediata. Haz que disfruten del proceso. 

¿Cómo puede lograrse? Con ejemplos claros que el público pueda seguir. Puedes hacerles preguntas de vez en cuando para volver a captar su atención, con diapositivas tan llamativas como esta de Educación socioemocional:

Por otra parte, tanto si estás haciendo tu presentación online como si estás físicamente con tus interlocutores, es importante mantener el contacto visual, ya que ayuda a transmitir tu mensaje. 

Nuestros gestos y nuestra forma de movernos también comunican. Por ejemplo, mostrar y mover las manos cuando hablamos transmite convicción, pero intenta que sean movimientos naturales para no acabar haciendo aspavientos que asusten a tu público.

Como humanos que somos, casi todos tenemos algún gesto que repetimos con frecuencia, especialmente cuando hablamos en público o estamos nerviosos. Para evitarlo no hay trucos; solo practicar, practicar y practicar. Presta también atención a la entonación y las pausas para que tu mensaje sea claro.

Varios estudios demuestran que un orador dotado de confianza resulta creíble, convincente y agradable a ojos de los espectadores.

Esto puede parecer un poco complicado de alcanzar, ya que a muchas personas les impresiona el hecho de tener que hablar en público. Es aquí donde una buena presentación puede ser de mucha utilidad.

Cómo puede ayudar una buena presentación

Tener una presentación bien diseñada aumenta la moral de cualquier conferenciante (y, en consecuencia, su confianza), ya que es como tener a alguien que te está ayudando en el estrado o en el escenario.

¿Y qué se necesita para tener una buena presentación? Unas diapositivas que causen impacto, es decir, que sean claras, potentes e inspiradoras.

Veamos un ejemplo de una de las plantillas de Slidesgo sobre propiedad intelectual. Contiene una diapositiva en la que puedes introducir una cita motivadora al comienzo de la presentación. 

Las citas, además de inspirar a aquellos que las leen, también sirven de apoyo para las ideas que intentas transmitir.

¿Has visto lo que hemos hecho?

Con una cita como esta, la presentación empezará por todo lo alto y el público estará ansioso por saber qué tienes preparado para ellos. Es una buena manera de demostrar que te apasiona lo que quieres contar.

Tener una presentación clara te garantiza que a la audiencia le resulte fácil comprender el contenido que muestres. Y, si todos te están entendiendo perfectamente, eso puede darte un pequeño empujoncito de confianza para hablar con mayor libertad.